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Empoderamiento Creativo: arteterapia para despertar y nutrir tu poder creativo.

Todos, en nuestros primeros años de vida, somos potencialmente capaces de crear sin límites, de equivocarnos y de soñar sin restricciones, sin juicio y sin miedo. Pero con el tiempo, “entramos en el sistema” y vamos incorporando mandatos, educación y permisos que nos colocan dentro del paradigma de lo socialmente correcto; de lo que deberíamos ser y hacer y de lo que se espera de nosotros/as. Como decía Carl Gustav Jung: “El problema de la mayoría de los seres humanos es que nacen siendo originales y mueren siendo duplicados”, a tenor de cómo nos sobre-adaptamos las personas.

Esta forma de adaptación, a su vez, nos desconecta de aquella creatividad innata y de nuestros impulsos genuinos. Por ello, cada vez que nos referimos a creativos, lo asociamos a “algo” que tienen casi exclusivamente los artistas dedicados, por ejemplo, a la pintura, a la música o a la danza. No obstante, la creatividad siempre estuvo y está en cada uno/a de nosotros/as. Según Winnicott, la creatividad es un instinto innato que todos tenemos y que surge de nuestro yo verdadero, y no del falso yo en que nos convertirnos al adaptarnos a las demandas del entorno.

Para explorar y redescubrir esa cualidad, nace esta Formación en Empoderamiento Creativo creada por Magda Duran, nuestra arteterapeuta experta. A lo largo de la formación y a través de diferentes técnicas de la arteterapia, nos invita a abordar el proceso creativo como un camino de autoconocimiento, de apertura y de expansión de la consciencia; como una vía para el crecimiento, la transformación y la evolución personal.

Resumimos a continuación aspectos diferenciales del abordaje y del impacto de esta formación.

¿Qué significa empoderarnos creativamente?

Entre otras cosas, es dar al mundo lo mejor que hay en cada uno/a de nosotros/as y manifestar nuestros dones mediante una creatividad conectada con el corazón, con nuestro propósito y con la vida. La fuerza creativa de cada uno/a sigue latente en su versión original, a propósito de la reflexión que citábamos al comienzo, y es uno de los dones particulares para hacer nuestra contribución al mundo. Como señala Magda: “la creatividad opera desde la totalidad del Ser y fluye cuando la mente, el cuerpo, las emociones y el espíritu suenan en un acorde armónico”. De esta forma, no importa lo que hagamos, en qué espacios y en qué entornos nos movamos, siempre tendremos oportunidad para desplegar nuestro poder creativo.

Además, la expresión artística en un contexto terapéutico potencia la toma de conciencia, la expresión y la transformación de nuestras sombras en luces. Supone una fuerza capaz de transformarnos, de sanarnos y de permitirnos evolucionar en consonancia con la naturaleza.

5 talleres y un cierre final de 3 días en contacto con la naturaleza.

Cada taller es un viaje que nos invita a explorar y a ir descubriendo y reconectando con nuestra fuerza creativa. Para ello, combina rigurosos aspectos teóricos que nos acercan a recorrer una cartografía psíquica del proceso creativo(1), para luego iniciar un profundo trabajo vivencial que apunta a fortalecer los conceptos y a internalizar el aprendizaje. Ahora bien, como hemos mencionado, el viaje finaliza en un taller intensivo para que cada participante pueda integrar, en un entorno natural, todo el trayecto recorrido. Desde la calma y la claridad a la que nos abre la meditación, podrá cada uno/a adentrarse en el corazón de su creatividad, mientras disfruta del contacto íntimo con la naturaleza.

A lo largo de todos los talleres Magda recurre a diferentes artes plásticas, principalmente, y también a la escritura creativa, el canto espontáneo, el movimiento, pequeñas dramatizaciones. El viaje nos conecta no sólo con las artes, sino también  a la meditación y al contacto profundo con la naturaleza.

¿Para quiénes está diseñada esta formación?

Esta formación es una especialización para personas que ya son arteterapeutas, danzaterapeutas, musicoterapeutas o que trabajan con terapias creativas, ya que lo diferencial de nuestra especialista es que trabaja con el proceso creativo, que es aplicable a cualquier expresión artística como la escritura, la literatura, la música, la danza. Es decir, la metodología incide en el proceso creativo y, aunque no depende de todas las artes, aúna lo común de todas ellas.

También es una formación dirigida especialmente a quienes trabajan en el crecimiento de otras personas como docentes, formadores/as, facilitadores/as, terapeutas, coaches, etc., que quieran adquirir nuevas y novedosas herramientas y técnicas para conectar con su poder creativo y así  facilitar ese mismo proceso en lo/as demás.

Sobre los beneficios de esta formación.

  • Adquirir una metodología para trabajar con el proceso creativo como vía para el crecimiento personal y la apertura de consciencia.
  • Reconectar con la creatividad innata que es nuestro derecho de nacimiento.
  • Recuperar las cualidades más sanas de nuestro niño interior: espontaneidad, juego, exploración, disfrute y sensibilidad.
  • Identificar, expresar, transformar y superar los bloqueos emocionales y cognitivos, mediante técnicas creativas y expresivas.
  • Detectar las creencias culturales, familiares y personales que nos limitan, para transformarlas en creencias potenciadoras de nuestra creatividad.
  • Integrar la creatividad en el día a día y en nuestros actos cotidianos.

Por último, dejo aquí el testimonio de una ex alumna de esta formación, Beatriz E. Lortia, Psicóloga que sintetiza cálidamente lo que significó este viaje creativo:Los módulos de Arteterapia me llevaron a estados muy profundos. De manera creativa pude plasmar y transformar aspectos fundamentales en mi vida, reparar asuntos con mis padres, dolores de mi infancia, empoderar a mi adulta, validar mis emociones. Nada de esto hubiera pasado sin el acompañamiento de Magda. Su claridad, conocimientos y presencia abrieron mi camino.”

(1) La cartografía es simplemente un mapa para navegantes por los mares de la odisea creativa. He reordenado y dado estructura a los aprendizajes que más me han servido, para salir de mi propio bloqueo creativo y para ayudar a mis pacientes y estudiantes con los suyos. Ningún mapa debe ser confundido con el territorio. Cada experiencia creativa tienen su unicidad y su singularidad, y sólo una conciencia y atención centradas en el instante presente pueden desvelar lo que se está desplegando en cada vivencia creativa”. Magdalena Duran Coll.

¿Para qué te despiertas cada mañana?

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Despierta.

Quien mira hacia afuera sueña; quien mira hacia dentro despierta. Carl Jung.

Artículo basado en la conferencia de Curro Duarte: “¿Para qué te despiertas cada mañana?” Madrid, 2017.

El título de la conferencia ya es inquietante, cierto. Invita a reflexionar, aunque hasta aquí escriba sobre el tema. No obstante, cada palabra de nuestro especialista colabora con esa reflexión y me encargaré de extraer algunas de las observaciones más relevantes de su ponencia.

Y empezamos citando la pregunta: ¿es lo mismo levantarnos que despertarnos? Claro que no. El primero podríamos reducirlo a un mero acto físico; despertarnos pareciera ser bastante más que eso. Vayamos por partes.

En nuestra vida todos tenemos ocupaciones y preocupaciones. La pregunta es: ¿cómo nos posicionamos; cuál es nuestro rol frente a ellas?

Veamos. Cada uno de nosotros contempla un círculo de preocupación y uno de influencia. 

  • Círculo de preocupación: el trabajo, la salud, las hipotecas, el clima del fin de semana, el medio ambiente, una final de fútbol, etc. Es decir, todas cosas que -entendemos- no dependen de nosotros.
  • Círculo de influencia: la ropa que nos ponemos, el lugar donde trabajamos, el desayuno que tomamos, el destino del próximo viaje, etc. Es decir, las cosas que sí dependen de nosotros.

El hecho es que preocuparse no sirve para nada. Por ello, como nos sugiere Curro, lo más lógico es ampliar nuestro círculo de influencia para ocuparnos, que es lo que realmente cambia el enfoque y el resultado. Si repasamos los ejemplos anteriores expuestos en el círculo de preocupación, podríamos rápidamente identificar de cuáles sí podemos ocuparnos. Efectivamente, sí depende de nosotros cuidar nuestra salud, nuestro trabajo y también podemos hacer algo -desde nuestro lugar- para cuidar el medio ambiente. Está claro que nada podemos hacer respecto al clima o respecto al resultado de un encuentro deportivo.

Ahora bien, esta ampliación del círculo de influencia no es en vano. Cuando dejamos de poner todo fuera y nos hacemos cargo, cambiamos el rol “víctima” por el rol “responsable”. Una de las herramientas que nos ayuda a reconocer en qué rol estamos es el lenguaje. El lenguaje genera Ser. El lenguaje empieza en el pensamiento y su manifestación primera es la palabra. ¿Y cómo empieza nuestro día? Pues hablándonos a nosotros mismos.

Observamos la realidad, la interpretamos, nos emocionamos y actuamos.

La interpretación es lenguaje y, como decíamos, cada uno interpreta hablando consigo mismo. Imaginemos arrancar el día pensando en la reunión que nos espera con nuestro jefe y con la responsable del área; al primero no le gusta nada que le vayamos con problemas y la segunda siempre llega tarde y provoca atrasos y repeticiones cada vez que participa en una reunión. Centrarnos en lo negativo resulta una forma extraña (muy) de levantarnos dispuestos a tener un “buen día”.

Lo curioso es que cada uno elige en qué centrarse. Entonces, libremente, podemos elegir centrarnos en lo positivo que tiene el jefe y la responsable de área. Por ejemplo, al primero no le gustan los problemas, pero si le presentamos una solución es un tipo muy receptivo y abierto. La responsable siempre llega tarde, aunque siempre tiene ideas originales que aportar. En cierta forma, si elegimos centrarnos en lo bueno, nosotros también afrontaremos la reunión más abiertos a hacer aportaciones, a aprender y/o a desarrollar perspectivas más enriquecedoras.

Y ciertamente, lo que cada uno elige define su motivación. Es decir, si vamos mentalizados de que todo será infértil e improductivo, nuestra motivación estará desactivada, desconectada. Ahora bien, si esperamos algo bueno -en cualquier ámbito y actividad- estaremos motivados; mucho más si eso bueno lo esperamos de nosotros mismos. Pensemos acaso, cómo nos sentimos cuando vamos a practicar nuestro deporte favorito o cuando estamos preparando un viaje de vacaciones.

Ahora bien, ¿de qué depende que esperemos cosas buenas de nosotros mismos?

Tal y como afirma Curro, depende -sobre todo- de nuestro autoconcepto: creencias positivas (aquello en lo que creemos que somos buenos) y creencias limitantes (aquello que nos frena nuestro desarrollo personal o profesional). No obstante, la mayoría de las creencias limitantes son falsas. Sucede que nos las han inculcado a lo largo de la vida (padres, educadores, etc.) y aunque no somos conscientes de ellas, las llevamos como una especie de mochila por la vida. Así es que tenemos que cuestionarlas y enfrentarlas para incrementar nuestra motivación.

Pero además, para alcanzar esa motivación debemos conocernos un poco más. Lo que decíamos al comienzo “mirar hacia dentro y despertar” y descubrir qué es realmente lo que nos motiva.

A propósito de ello, el psicólogo David McClelland sostuvo que todos los individuos tenemos cuatro grandes motivadores:
  • Logro: gente competitiva, que le gusta conseguir cosas, los retos, etc. Por ejemplo, los deportistas de elite.
  • Afiliación: les gusta relacionarse, les gustan las personas.
  • Influencia social: influyen en otros para desarrollarlos. Les gusta ayudar a los demás.
  • Influencia personalizada: son los que influyen a otros para su propio beneficio.

Lo cierto es que todos tenemos un poco de cada uno, pero la mayoría tenemos mucho más de las dos primeras y poco de influencia. En otras palabras, nos centramos mucho en los resultados y en el cómo llegamos a ellos, pero pocas veces nos preguntamos por nuestros “para qué”.

Ahora sí, volvamos a la pregunta inicial: ¿para qué nos despertamos cada mañana?

Por ejemplo, nuestro especialista, junto al equipo de profesionales que conforman Despierta by CDR, despiertan cada día con el propósito de ayudar a las personas y a los equipos a que sean felices y se diviertan su trabajo. Efectivamente, también lo afirma Simon Sinek, creador del círculo de oro: “la gente no compra lo que haces, compra para qué lo haces”. Por ello, acompañan a las empresas a descubrir y alcanzar su propósito.

¿Y cuáles son los cómos de Despierta by CDR? diagnosticar el punto de partida a través de sus “despertadores” e implementar Programas de Desarrollo dinámicos, provocadores y con sentido del humor.

¿Y los qué? forjar líderes resonantes y equipos motivados, cohesionados, eficaces y emocionalmente competentes, que contribuyan a generar un clima laboral positivo, identifiquen las motivaciones de sus clientes, satisfagan sus necesidades y alcancen resultados extraordinarios.

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Psicología Transpersonal: la búsqueda de la vida de pleno sentido.

Como seres vitales necesitamos contactarnos con nuestra información primaria, que lamentablemente se empieza a bloquear cuando no recibimos la educación adecuada para crecer en libertad. Necesitamos recuperar nuestra memoria primal, el contacto con la fuente, el origen de la vida, y desde allí nutrirnos, crecer y sanarnos.

En ese sentido, Daniel Taroppio, nuestro pensador evolucionista, dice: “Los seres humanos tenemos una responsabilidad ineludible en la evolución de la conciencia. La alienación básica de nuestra conciencia, el sentirnos separados de todo y de todos, es la raíz de nuestros males. Ésta es la enfermedad esencial, y sólo la meditación, ayudada por la psicoterapia, puede sanarla”.

No obstante, cuando hablamos de conceptos como meditación y/o espiritualidad, no podemos ignorar que a muchos les continúa haciendo cierto “ruido”. Y son comunes estas posturas si somos capaces de comprender que, culturalmente y a lo largo de miles de años, hemos identificado la espiritualidad con fenómenos paranormales, con el más allá y/o con el desarrollo de poderes sobrenaturales. No obstante, poco a poco, estamos comprendiendo que la única espiritualidad que puede transformarnos es la que vivimos en el día a día, en las cosas simples de la vida; la espiritualidad en los vínculos, en el trabajo, en el cuidado de la salud, en el servicio, en las alegrías y diversiones cotidianas.

Y para ello, lo primero es entendernos como una unidad de cuerpo, mente, alma y espíritu. El cuerpo necesita comida, gimnasia, medicina física. La mente necesita conocer sus impulsos, sus instintos, la dimensión emotivo-afectiva y la posibilidad de relacionarse con el prójimo; y esto no se obtiene con la dieta por un lado y con el trabajo espiritual por otro. Necesitamos una visión integral que nos permita poner los pies sobre la tierra, bajar al mundo. A propósito de esto, cito la maravillosa reflexión de Daniel al respecto:

“El gran desafío de la Psicología Transpersonal Integral, como lo afirma Ken Wilber, es ‘integrar a Freud con Buda’, o con Cristo, o con quien la fe indique”.

¿Qué significa esto? Entre otras cosas, que no necesitamos -como la mayoría supone-, irnos al medio de una montaña a meditar. Osho decía sobre la meditación:Cualquier cosa que hagas con presencia es meditación”. Por ello, trabajar puede ser algo mecánico y aburrido para ganar dinero o puede ser un acto de servicio y autorealización; comer puede ser simplemente ingerir alimentos o un acto sacralizado de nutrición del vehículo de nuestra conciencia. Todo tiene que ver con todo. Somos lo que pensamos, lo que hacemos, lo que decimos e incluso, lo que comemos. Vibramos con el universo en función de todo ello y no en relación a una sola de esas dimensiones.

En tal sentido, el trabajo vivencial de la Psicología Transpersonal nos lleva a estados de conciencia en los que nos entendemos uno con la totalidad de la vida, siempre pone el acento en la necesidad del trabajo para integrar nuestra búsqueda trascendente con nuestras necesidades cotidianas. Acceder a esta experiencia significa sanar nuestra división esencial y expresarla en cada gesto y en cada actitud de nuestra vida.

La Escuela de Psicología Transpersonal Integral reconoce que las tradiciones espirituales son las que nos han brindado las mejores herramientas para el estudio de los niveles superiores de la conciencia; mientras que la psicoterapia nos ha brindado las mejores herramientas para investigar los planos inferiores. Sin embargo, y aunque me repita, necesitamos de ambas; en eso se basa el concepto de unidad y de integralidad.

La clave para que la conciencia siga evolucionando está en la integración de la práctica corporal-psico-socio-espiritual.

Necesitamos desarrollar una cultura en la cual el ejercicio físico, la dieta, el trabajo energético, la terapia, el servicio y la práctica espiritual se integren; caso contrario, continuaremos disociados.

¿Y qué sucede en las culturas disociativas? Entre otras cosas, producen personas disociadas que viven en guerra consigo mismas y no hacen más que llevar su guerra interior afuera, sembrando toda esa hostilidad en el mundo y en sus vínculos más íntimos. En tal sentido, el Modelo de Interacciones Primordiales, cuyos métodos de aplicación son el coaching primordial y la psicoterapia primordial, es un modelo de desarrollo humano integral que procura devolver al ser humano su sentido de unidad y de pertenencia al universo.

Y para abordar cada persona con su problemática específica, bajo el concepto de unidad e integralidad y abarcando todos los ámbitos de la experiencia humana, este Modelo combina tres tipos de prácticas: la Danza Primal®: para la dimensión corporal-emocional-energética; la Comunicación Primordial: para la dimensión lingüístico-cognitiva y la Meditación Orgánica como práctica contemplativa.

Cuando cada uno de nosotros desarrolla esa visión integral, está preparado para incorporarlo en su día a día sin necesidad de un lugar especial, ni horarios programados, simplemente sacralizando la vida instante por instante.

LEGO® SERIOUS PLAY® Method para empresas.

Construir; dar significado; armar una historia.

“El proceso de creación es un proceso de entrega y no de control”. Así lo afirma la famosa novelista americana, Julia Cameron.

Nadie nos enseña a jugar. Jugar es una experiencia personal e intransferible. Probablemente, la primera vez que tuvimos las piezas de Lego delante ni siquiera sabíamos cómo encajarlas con precisión o cómo seguir una lógica para copiar un prototipo y aún así era divertido, pues despertaba nuestra curiosidad y nos permitía dar rienda suelta a nuestra imaginación y creatividad. Compartirlos con amigos era igual o más divertido; nos enseñaba a colaborar, a participar y a crear historias compartidas. Aprendíamos haciendo.

Y el hecho de que ya no seamos niños nos vuelve a la idea de que ya no podemos jugar, simplemente, porque creemos -equívocamente- que “jugar es para niños”. Bernard Shaw, en tal sentido, decía:

«No se deja de jugar porque se es viejo, sino que se es viejo porque se deja de jugar”.

Ciertamente, cuando los adultos nos permitimos jugar, dejamos de lado el ego y los prejuicios. A cambio, nos dejamos llevar por el niño interior, por el que disfruta de sus emociones sin censura y actuamos desde nuestro lado más genuino. En ese contexto, el juego es un disparador de emociones y por eso nos sirve para fijar experiencias y conocimientos; este concepto lo han entendido muy bien grandes compañías como Google o Coca-Cola, que utilizan LEGO® SERIOUS® como herramienta potenciadora de innovación y creatividad.

En cierto modo, la “mano de obra” del siglo XXI parece girar en torno a la innovación y la creatividad y, de hecho, son dos de los mayores desafíos a los que se enfrentan directivos y líderes de gestión en la empresa de hoy. Sin embargo, no existe el ADN creativo o innovador. Lo más importante para que estas habilidades puedan desarrollarse (y sostenerse en el tiempo) es crear los espacios para ello y encontrar las herramientas para favorecerlas.

Al efecto, construir los modelos e ideas que tenemos en el interior y ponerlos en el mundo exterior -en forma de metáfora- para verificar cómo se comportan, que es lo mismo que hacen los niños cuando juegan. Se trata de una de las herramientas más poderosas para la generación y comunicación de ideas, que además se sostiene en las revelaciones de la neurociencia respecto a la íntima conexión que existe entre el cerebro y las manos para la comprensión del mundo.

Efectivamente, cuando esta metodología se convierte en la herramienta de un equipo y de un reto particular, sus integrantes se comprometen y cooperan entre sí para alcanzar determinados objetivos de negocio. Incluso, durante el juego, los participantes suelen asumir roles diferentes de sus funciones habituales y esto ayuda a ponerse en el lugar del otro, a detectar habilidades individuales y/o conjuntas y a pensar más abierta y creativamente para resolver situaciones.

Por ejemplo, en cualquier reunión tradicional de equipo llevada a cabo para tomar decisiones sobre un proyecto nuevo o un relanzamiento de producto, lo habitual es que muchos participantes se inhiban de hacer aportaciones. De alguna forma, esto significa que gran parte del conocimiento y de las ideas no han sido manifestadas y así la toma de decisiones estará, cuanto menos, supeditada a ser “más de lo mismo”.

Ahora bien, cuando en ese mismo escenario se utiliza la metodología LEGO® SERIOUS PLAY® emerge naturalmente todo el conocimiento tácito o no expresado y queda reflejado en las construcciones. Ciertamente, como los modelos construidos responden a la parte más genuina de los participantes, será posible sorprendernos descubriendo lo que no sabíamos que sabíamos y conociendo aspectos (propios) y de otros miembros del equipo que permanecían “en la sombra”.

El método nos acompaña para que experimentemos con el modelo compartido.

A imaginar y probar diferentes escenarios y observar lo que ocurre; a jugar hacia posibles futuros; a extraer conclusiones, a visualizar estrategias, a elaborar planes de acción y a configurar guías de actuación que nos mantengan cohesionados. En definitiva, a tomar decisiones con claridad e inteligencia.

En este sentido, a través de workshops 100% experienciales, la metodología LEGO® SERIOUS PLAY® es aplicable en retos muy diversos y en el ciclo completo de cada uno de ellos (desde la idea, a la acción y hasta su aplicación).

Algunos de ellos son:

  • Ideas de negocio.
  • Innovación en productos y/o servicios.
  • Educación.
  • Presentación de modelos de negocio.
  • Identidad de equipo. Identidad y cultura corporativa.
  • Misión y valores.
  • Estrategia y objetivos.
  • Áreas de mejora.
  • Segmentación de clientes.
  • Fusiones de empresas.
  • Selección de personal.

Panxo Barrera, experto en creatividad e imaginación aplicada, CEO de Entropía: Inteligencia Creativa y facilitador de la metodología LEGO® SERIOUS PLAY® asegura:

“Jugar es una manera innovadora de aprendizaje: promueve la creatividad, facilita la comunicación, es una dinámica positiva y colaborativa, genera compromiso y participación de todo el equipo. Permite construir, visualizar escenarios, contar historias”.

Trabajo mucho, consigo poco.

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Trabajo mucho, consigo poco.

Esta afirmación la oigo con una cierta frecuencia como respuesta a mi pregunta: ¿Qué asunto quieres trabajar en esta sesión? que planteo a mi cliente al inicio de cada sesión individual o grupal en el ámbito del desarrollo profesional. En este artículo expongo algunas de las posibles causas de conseguir poco, trabajando mucho. 

Una posible causa es la falta de conocimientos. Otra, es no tener las habilidades clásicas de resolución de problemas, comunicación, cooperación, trabajo en equipo, etc., para hacer que todos estos conocimientos se transformen en realidades a través de las personas. Esas carencias se pueden solucionar a veces con una formación adecuada.

Pero con frecuencia esas insuficiencias no se resuelven con formación. Cuando eso ocurre, podemos pensar que dichas carencias constituyen la punta visible del iceberg, el síntoma, el efecto de que algo en el cliente no va como querría. Si ese algo fuera consciente, el cliente ya no tendría el problema. Lo tiene en el inconsciente, en ese saco negro que todos llevamos atrás en el que echamos toda nuestra “basura”, todo aquello que emocionalmente nos impactó en su momento, nos dolió, que no tuvimos los recursos personales adecuados para asimilarlo y darle salida, y que como no encontramos una solución cuando ocurrió, no se nos ocurrió una cosa mejor que rechazarlo, despreciarlo, excluirlo, reprimirlo y esconderlo en ese lugar oscuro que denominamos inconsciente, con la ilusión pueril de que nunca más reviviríamos ese dolor.

Pero todas estas energías, que nuestras células sobre-absorbieron al recibir el impacto de esos tsunamis dolorosos que nos tocaron vivir y que somatizaron, no están quietas. Se muestran de diversas maneras para señalarnos que están ahí y que algo hemos de aprender y hacer para darles salida para encontrar nuestra paz y serenidad. Cuando alcanzamos éstas, las ondas electromagnéticas que emitimos y captamos son diferentes de las que emitíamos y captábamos cuando estábamos sobre-energizados o sobre-excitados. A partir de ese momento, desde la paz y la serenidad, ya estamos preparados para conseguir mucho con un trabajo centrado y fluido.

Bajo el punto de vista sistémico, todo efecto es el resultado de una o varias causas independientes y/o relacionadas. Aceptando este principio, la Inteligencia Sistémica puede ponerse en marcha y resultar sumamente eficaz al focalizarse en descubrir las causas, sus dinámicas y a partir de ellas, sanear, limpiar, desbloquear, sanar heridas, reconciliar y hasta asentar unas bases sólidas para que una solución aparezca y se dé.

¿Qué causas inconscientes, que por absorber mucha de nuestra energía, nos dejan poca energía disponible para un trabajo centrado, fluido y eficaz?

Pueden ser muchas. Veamos algunas:

  • Me llevo mal con mi jefe, y en general, con cualquier figura de autoridad. Con frecuencia, la Inteligencia Sistémica suele llevarme a descubrir que el programa que condiciona esta parte de mi comportamiento se desarrolló y se alojó en mí a consecuencia de mi mala relación con mi padre (mi primera figura de autoridad) o con alguien significativo de mis antepasados. Este descubrimiento lleva a su vez a explorar más allá, hasta averiguar qué generó esta mala relación y qué hacer para corregirla, y así, parar la acción de dicho programa, y en consecuencia, su consumo ingente e inconsciente de energía en mí.
  • Como yerno y trabajador de la empresa familiar de mi suegro, cuya heredera es mi mujer, me esfuerzo por hacer mi trabajo lo mejor que sé, pero no obtengo el reconocimiento debido. La Inteligencia Sistémica puede mostrar que mis buenas intenciones y consciencia me llevan a transgredir y no respetar a los miembros del sistema familiar y empresarial de mi suegro y de mi mujer. Me he apropiado inconscientemente de una posición en el sistema que no me corresponde. La Inteligencia Sistémica me ayuda también a encontrar mi posición correcta, a reparar los errores cometidos y a dejar de poner mis esfuerzos en el camino equivocado.
  • Por más que lo intento, no consigo tener los pies en la tierra. A veces hemos vivido hechos que nos han impactado emocionalmente. Estamos enganchados inconscientemente a ellos, pero no somos conscientes de ello. Una mirada fija perdida en el infinito suele ser una pista. La Inteligencia Sistémica ayudó a un hombre a descubrir que su falta de referencias y su desorientación vital fueron debidas a la muerte de su gemelo durante el parto. En apariencia miro hacia aquí o allí, pero mi mirada inconsciente está anclada allá, en la búsqueda incesante de ese referente anhelado que me orientó y acompañó durante mis nueve meses de gestación.
  • Mis lealtades incompatibles e inconscientes me llevan a perseverar hasta construir un puzzle complejo y conciliable. Siendo niña, fue testigo de palizas que su padre daba a su madre. En su juventud llegó a ser campeona nacional de un arte marcial por su anhelo de poder defender a su madre de su padre. Su rechazo profundo de lo masculino le lleva a vivir con otra mujer separada y madre ya de dos hijas. Y al mismo tiempo, ejerce un rol masculino en su pareja y honra su violencia heredada con su dominio de un arte marcial.

¡Cuánta energía gastada en la búsqueda de una solución vital conciliadora cuando uno procede de dos orígenes tan discordantes! ¿Cuánta energía queda para el trabajo?

La Inteligencia Sistémica ayuda a desvelar el sentido de lo que no tiene sentido para nuestra racionalidad, a conectar con la vida y a disfrutar de ella en paz y serenidad.

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Inteligencia Sistémica. El contacto con la profesión y su sentido III.

¿Tiene sentido mi profesión?

En anteriores artículos he tratado la importancia del sentir centrado en el cómo me siento cuando estoy trabajando en mi profesión. Si fluyo y disfruto, bien. Significa que mi atención y energía están volcadas en lo que tienen que estar. Pero si no fluyo ni disfruto, algo insatisfactorio ocurre en mí. Aquí, tengo dos opciones: ocuparme de ello, o no. La decisión es solo mía. Nadie puede tomarla por mí.

Si tomo el camino de no ocuparme de mi insatisfacción laboral, lo más probable es que la situación persista. No es razonable pretender obtener resultados distintos haciendo más de lo mismo.

Entonces, puede resultarme útil plantearme las siguientes preguntas: ¿Cómo me posiciono en la vida cuando elijo no ocuparme de un aspecto tan esencial de mi totalidad como es mi trabajo? ¿Qué hay detrás de ese abandono? ¿Tengo energía? ¿Hay algo doloroso que no quiero ver? ¿Lo aparto o escondo en mi inconsciente hasta que harto de no considerarlo, me salta una vez más a la cara para hacerme consciente de su existencia? ¿He decidido buscar a un culpable de mi insatisfacción, a quien le doy el poder sobre mí y dejo yo de responsabilizarme de algo tan mío? ¿Desisto de ocuparme porque no sé por dónde empezar ni cómo resolverlo?

No ocuparme de mi malestar mantiene o empeora la situación, no la resuelve.

En cambio, si opto por ocuparme de mi malestar cuando trabajo y de conseguir los cambios deseados, ¿Qué he de hacer? ¿Por dónde empiezo? ¿Contra qué lucho? ¿Quién me puede ayudar al respecto?

Si el malestar es muy concreto y claro, es muy posible que se deba al estricto ámbito laboral. En este caso, la solución hay que buscarla ahí, utilizando recursos avanzados como el coaching individual o de equipo, comunicación no violenta, o técnicas de innovación, creatividad, cambio, liderazgo, dirección, delegación, reconocimiento, remuneración, conciliación, negociación, estrategia, posicionamiento, etc.

Pero, si como ocurre en muchos otros casos, siento claramente mi insatisfacción laboral, pero no logro describirla, ni detectar su ámbito y origen, y esa situación me mantiene confuso a pesar de mis esfuerzos durante un largo tiempo, la solución he de buscarla recurriendo a otro tipo de recursos como es la Inteligencia Sistémica.

Todo sucede por algo.

Nada sucede porque sí. Pensamos que hay casualidades o coincidencias cuando nuestra ignorancia nos impide ver más lejos. No hay casualidades, hay causalidades. No hay una sola casualidad en nuestra vida. Todo tiene su explicación. Y si no encontramos explicación a lo que nos ocurre, es porque no hemos alcanzado el nivel de consciencia necesario.

¿Cómo llegar a ese nivel?

Pues, adentrándonos en mundos relacionados, hasta ahora desconocidos por nosotros y descubiertos por otros.

Así, por ejemplo, Josephine Hilgard encontró que ciertos síntomas graves -enfermedad, accidente, muerte precoz, etc.-, se repiten entre miembros de varias generaciones de una misma familia al llegar a una determinada fecha, edad o periodo específico. A eso lo denominó “Síndrome de Aniversario”. Es una huella impresa en la memoria familiar de un trauma no resuelto que se irá repitiendo hasta que alguien suficientemente consciente decida remediarlo recurriendo a una ayuda externa adecuada.

Comprender, utilizar y transformar la herencia psíquica.

Anne Ancelin Schützenberger nos ha ayudado a elevar más la cota de nuestra consciencia. Todo empezó cuando su hija le dijo un día: ”Mamá, tú eres la hija mayor de tu familia y tu hermano segundo murió. Papá es el hijo mayor de su familia y su hermano segundo murió. Yo soy la hija mayor de vuestro matrimonio y mi hermano segundo murió”. Anne no se había dado cuenta. Fue la semilla que desarrolló y dio como fruto la Psicogenealogía, también conocida por Análisis Transgeneracional. Un arte y una ciencia que nos permite comprender y utilizar mejor nuestra herencia psíquica, y en caso necesario, transformarla para conseguir una vida más feliz.

Para quien decide recurrir a ella, la Psicogenealogía supone recorrer su pasado, a sentir y soltar lo que haya que soltar para superar las consecuencias de sus traumas, contragolpes, vergüenzas, culpabilidades, pérdidas, duelos, secretos, etc. Cuando uno se queda en paz con su pasado, ya no tiene que volverse continuamente hacia él, centra su fuerza en el aquí y ahora y disfruta de una vida plena. También sirve para comprender las relaciones y vínculos existentes con acontecimientos felices y con las elecciones de tipo profesional. Así por ejemplo, si uno es:

  • Agricultor: ¿Alguien de la familia sufrió hambruna?
  • Abogado: ¿Alguien de la familia vivió problemas legales?
  • Maestro: ¿Hubo niños en la familia que no pudieron ser educados?
  • Banquero: ¿Algún familiar perdió su patrimonio o se arruinó?
  • Estética: ¿Hay que limpiar cosas sucias que manchan la imagen familiar?
  • Experto en comunicación: ¿Algún problema de comunicación en la familia?
  • Marinero: ¿Se perdió algún familiar en la lejanía?
  • Escritor: ¿Alguna historia familiar oculta, terrible o sucia que contar?
  • Cocinero: ¿Necesidad de reunir a familiares alrededor de una mesa?
  • Bailarín: ¿Algún familiar sufrió un conflicto de movimiento que lo paralizó?

¿Qué necesidades insatisfechas y anheladas subyacen en nuestro inconsciente familiar que nos impulsan a satisfacerlas y a reparar lo que haya que reparar a través de nuestro trabajo y profesión?

Mi malestar indefinido en el trabajo ¿puede venir del hecho de sentirme atado/a por lealtad familiar a una profesión que busca inconscientemente reparar algo que algún antepasado sufrió y no pudo resolver?

La Inteligencia Sistémica ayuda a la persona a contactar con el sentido profundo de su profesión, a hacerlo consciente, a quedarse en paz con su pasado y a elegir la salida profesional más adecuada en base a su nuevo presente y futuro.

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