Empoderamiento Creativo: arteterapia para despertar y nutrir tu poder creativo.

Todos, en nuestros primeros años de vida, somos potencialmente capaces de crear sin límites, de equivocarnos y de soñar sin restricciones, sin juicio y sin miedo. Pero con el tiempo, “entramos en el sistema” y vamos incorporando mandatos, educación y permisos que nos colocan dentro del paradigma de lo socialmente correcto; de lo que deberíamos ser y hacer y de lo que se espera de nosotros/as. Como decía Carl Gustav Jung: “El problema de la mayoría de los seres humanos es que nacen siendo originales y mueren siendo duplicados”, a tenor de cómo nos sobre-adaptamos las personas.

Esta forma de adaptación, a su vez, nos desconecta de aquella creatividad innata y de nuestros impulsos genuinos. Por ello, cada vez que nos referimos a creativos, lo asociamos a “algo” que tienen casi exclusivamente los artistas dedicados, por ejemplo, a la pintura, a la música o a la danza. No obstante, la creatividad siempre estuvo y está en cada uno/a de nosotros/as. Según Winnicott, la creatividad es un instinto innato que todos tenemos y que surge de nuestro yo verdadero, y no del falso yo en que nos convertirnos al adaptarnos a las demandas del entorno.

Para explorar y redescubrir esa cualidad, nace esta Formación en Empoderamiento Creativo creada por Magda Duran, nuestra arteterapeuta experta. A lo largo de la formación y a través de diferentes técnicas de la arteterapia, nos invita a abordar el proceso creativo como un camino de autoconocimiento, de apertura y de expansión de la consciencia; como una vía para el crecimiento, la transformación y la evolución personal.

Resumimos a continuación aspectos diferenciales del abordaje y del impacto de esta formación.

¿Qué significa empoderarnos creativamente?

Entre otras cosas, es dar al mundo lo mejor que hay en cada uno/a de nosotros/as y manifestar nuestros dones mediante una creatividad conectada con el corazón, con nuestro propósito y con la vida. La fuerza creativa de cada uno/a sigue latente en su versión original, a propósito de la reflexión que citábamos al comienzo, y es uno de los dones particulares para hacer nuestra contribución al mundo. Como señala Magda: “la creatividad opera desde la totalidad del Ser y fluye cuando la mente, el cuerpo, las emociones y el espíritu suenan en un acorde armónico”. De esta forma, no importa lo que hagamos, en qué espacios y en qué entornos nos movamos, siempre tendremos oportunidad para desplegar nuestro poder creativo.

Además, la expresión artística en un contexto terapéutico potencia la toma de conciencia, la expresión y la transformación de nuestras sombras en luces. Supone una fuerza capaz de transformarnos, de sanarnos y de permitirnos evolucionar en consonancia con la naturaleza.

5 talleres y un cierre final de 3 días en contacto con la naturaleza.

Cada taller es un viaje que nos invita a explorar y a ir descubriendo y reconectando con nuestra fuerza creativa. Para ello, combina rigurosos aspectos teóricos que nos acercan a recorrer una cartografía psíquica del proceso creativo(1), para luego iniciar un profundo trabajo vivencial que apunta a fortalecer los conceptos y a internalizar el aprendizaje. Ahora bien, como hemos mencionado, el viaje finaliza en un taller intensivo para que cada participante pueda integrar, en un entorno natural, todo el trayecto recorrido. Desde la calma y la claridad a la que nos abre la meditación, podrá cada uno/a adentrarse en el corazón de su creatividad, mientras disfruta del contacto íntimo con la naturaleza.

A lo largo de todos los talleres Magda recurre a diferentes artes plásticas, principalmente, y también a la escritura creativa, el canto espontáneo, el movimiento, pequeñas dramatizaciones. El viaje nos conecta no sólo con las artes, sino también  a la meditación y al contacto profundo con la naturaleza.

¿Para quiénes está diseñada esta formación?

Esta formación es una especialización para personas que ya son arteterapeutas, danzaterapeutas, musicoterapeutas o que trabajan con terapias creativas, ya que lo diferencial de nuestra especialista es que trabaja con el proceso creativo, que es aplicable a cualquier expresión artística como la escritura, la literatura, la música, la danza. Es decir, la metodología incide en el proceso creativo y, aunque no depende de todas las artes, aúna lo común de todas ellas.

También es una formación dirigida especialmente a quienes trabajan en el crecimiento de otras personas como docentes, formadores/as, facilitadores/as, terapeutas, coaches, etc., que quieran adquirir nuevas y novedosas herramientas y técnicas para conectar con su poder creativo y así  facilitar ese mismo proceso en lo/as demás.

Sobre los beneficios de esta formación.

  • Adquirir una metodología para trabajar con el proceso creativo como vía para el crecimiento personal y la apertura de consciencia.
  • Reconectar con la creatividad innata que es nuestro derecho de nacimiento.
  • Recuperar las cualidades más sanas de nuestro niño interior: espontaneidad, juego, exploración, disfrute y sensibilidad.
  • Identificar, expresar, transformar y superar los bloqueos emocionales y cognitivos, mediante técnicas creativas y expresivas.
  • Detectar las creencias culturales, familiares y personales que nos limitan, para transformarlas en creencias potenciadoras de nuestra creatividad.
  • Integrar la creatividad en el día a día y en nuestros actos cotidianos.

Por último, dejo aquí el testimonio de una ex alumna de esta formación, Beatriz E. Lortia, Psicóloga que sintetiza cálidamente lo que significó este viaje creativo:Los módulos de Arteterapia me llevaron a estados muy profundos. De manera creativa pude plasmar y transformar aspectos fundamentales en mi vida, reparar asuntos con mis padres, dolores de mi infancia, empoderar a mi adulta, validar mis emociones. Nada de esto hubiera pasado sin el acompañamiento de Magda. Su claridad, conocimientos y presencia abrieron mi camino.”

(1) La cartografía es simplemente un mapa para navegantes por los mares de la odisea creativa. He reordenado y dado estructura a los aprendizajes que más me han servido, para salir de mi propio bloqueo creativo y para ayudar a mis pacientes y estudiantes con los suyos. Ningún mapa debe ser confundido con el territorio. Cada experiencia creativa tienen su unicidad y su singularidad, y sólo una conciencia y atención centradas en el instante presente pueden desvelar lo que se está desplegando en cada vivencia creativa”. Magdalena Duran Coll.

¿En qué consiste una lectura de Registros Akáshicos?

Las personas que acuden a una Lectura de Registros Akáshicos lo hacen por diversos motivos. Es decir, mientras algunas  lo hacen porque sienten algún tipo de bloqueo, atadura, algo que les resuena y a lo que no le encuentran una explicación lógica; otras, simplemente, buscan reafirmar una sensación de plenitud, respaldar una pasión o reafirmar el camino decidido.

Los Registros Akáshicos son los archivos que contienen la historia de toda la existencia, guardan la memoria de todo el universo. De esta manera, todas las personas tenemos nuestro propio libro de la vida en el que está plasmada toda nuestra historia, tanto lo que sucedió en otras vidas, como lo que sucede en nuestra vida actual y las posibilidades futuras. No obstante, ese futuro solo será producto de las decisiones que tomemos. Volveremos sobre esto más adelante.

La información que nos proporcionan los Registros nos ayuda a entendernos un poco mejor, nos permite evolucionar y tomar conciencia de por qué nos ocurren ciertas cosas y por qué se repiten algunos patrones en nuestras vidas. Nos facilita la comprensión, la aceptación y la sanación.

¿Qué NO es una lectura?

No es una adivinación, ni una premonición, ni un pronóstico. Como hemos mencionado previamente, la información que recibimos está destinada para ayudarnos a  tomar consciencia, avanzar y evolucionar, y nunca a decirnos cómo, cuándo, dónde o qué debemos hacer.

¿Qué necesitamos?

  • Nombre completo y fecha de nacimiento.
  • Elaborar unas 5/8 preguntas. Aunque esto tampoco es tan estático y, de acuerdo a cómo transcurra una lectura específica, la persona puede “salirse del guión” preparado y repreguntar sobre el tema que le preocupa más en ese momento.

¿Cuánto tiempo lleva una lectura y cada cuánto tiempo podría repetirla?

  • Una lectura dura aproximadamente una hora y puede hacerse cada dos meses (mínimo).

¿Qué y cómo preguntar?

Se puede preguntar por temas relacionados con: talentos, carrera, profesión, negocios, proyectos, salud, relaciones, familia, patrones repetitivos, miedos, bloqueos, aprendizajes, etc. Recordemos que el Lector de los Registros repetirá la pregunta tal y como le fue formulada. Por ejemplo:

  • ¿Qué puedo hacer para salir de una situación x que siento que me está agobiando?
  • ¿Qué me impide tener una relación estable?
  • ¿Cómo puedo solucionar la relación con mi hijo?
  • ¿Cuál es la mejor manera de afrontar mi nueva responsabilidad?
  • ¿Qué cualidades tengo y cómo puedo desarrollarlas?
  • ¿Cuál es mi misión en la vida?

¿Qué NO se puede preguntar?

Justamente porque no es una adivinación -como decíamos antes-, no podremos preguntar cuestiones cuya respuesta sea arbitraria o especulativa. Por ejemplo:

  • ¿Ganaré la lotería?
  • ¿Cuándo conseguiré pareja?
  • ¿Tengo que aceptar el nuevo empleo?

La premisa del libre albedrío.

No olvidemos nunca que somos nosotros los arquitectos de lo que nos pasa. De esta forma, más allá de la orientación que podamos recibir, la intención siempre es que nosotros tomemos las decisiones y las riendas de nuestra vida. Es decir, la decisión de lo que hacemos (o no) con la información que recibimos es decisión nuestra, pues como principio fundamental siempre se respeta nuestra libertad personal.

¿Qué lapsos temporales contemplan las respuestas?

Teniendo en cuenta el tenor de las preguntas y el libre albedrío a lo que nos referimos previamente, seré breve. Las respuestas no tienen un tiempo cierto de ocurrencia; entre otras cosas, porque la propia ocurrencia de algo sólo dependerá de las decisiones que tomemos al respecto. Dicho de otra forma, podremos recibir una orientación respecto a, por ejemplo, cuál es nuestra misión de vida, aunque será pura y exclusivamente nuestra decisión seguir ese cómo y cuándo capitalizamos esa información.

Curiosamente, las respuestas a esta pregunta en particular relacionada con la misión de vida son muy movilizadoras para las personas. Algunas, las menos, porque reciben casi una revelación; otras, porque tenían una fuerte intuición sobre ello y acaban recibiendo una especie de confirmación que les da serenidad convicción y paz interior.

Registros Akáshicos: empieza a vivir una vida con propósito.

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Registros Akáshicos.

Empieza a vivir una vida con propósito.

Vivimos en una sociedad en la que prima (y premia) el tener antes que el Ser; en un mundo que nos vende lo material como el secreto para ser feliz y la intelectualidad como el principal camino para alcanzar la sabiduría. No obstante, muchos de nosotros ya hemos detectado que esa felicidad es efímera y esa sabiduría estanca.

Estamos aquí por algo más; por mucho más. Todos tenemos un propósito de vida, una misión vitalComo hemos mencionado en un artículo anterior, nada es casualidad; ni siquiera la familia a la que pertenecemos. Pasamos a este plano vital para trabajar algo y cada vez somos más los que sentimos esa necesidad de averiguar qué es. Cada vez somos más los que nos sentimos incómodos cumpliendo expectativas de otros, haciendo “lo correcto” o viviendo sueños y pasiones ajenas. ¿Para quién? ¿Para qué? ¿Por qué siempre censuramos a esa vocecita interior que tantas veces nos pide que sigamos a nuestro corazón?

En esa búsqueda incesante de Luz, la apertura y lectura de los Registros Akáshicos nos trae amor y paz.

Tal y como hemos mencionado, todos estamos aquí para algo y toda la programación de nuestra existencia actual se pacta antes de nacer con la Junta Kármica (seres de Luz que nos acompañan en esa elección). Por eso, cuando nos sentimos estancados, insatisfechos, desorientados; cuando padecemos discordias con familiares, situaciones de conflicto constantes o miedos inexplicables, la lectura de los Registros nos ayuda amorosamente a develar esos por qué. Nos permite entender para qué debemos atravesar tal o cual situación y qué debemos aprender de ella.

Esa misión o propósito que surge de la lectura de los Registros Akáshicos es algo que nos sirve como referencia en todas y cada una de las circunstancias de la vida y no depende del momento particular que estamos transitando. Nuestro propósito es atemporal; no nos dice cómo y cuándo debemos hacerlo, no depende de dónde habitemos y no tiene connotaciones religiosas o culturales. Un propósito es una guía, una dirección a seguir, y hagamos lo que hagamos, si responde a esa máxima vital, todo empezará a cobrar más sentido. No obstante, los Registros respetan siempre el libre albedrío; es decir, cada uno es responsable de sus elecciones de vida o de qué hacer (y qué no) con la información recibida.

Cuando emerge ese propósito de vida, todo se ilumina; todo se transforma en magia y sorpresa. Aunque en el fondo, tal vez muy en el fondo, algo en nosotros ya lo sabía.

Incluso es probable que hasta deseáramos que esa lectura en particular nos lo confirmara.

Y es esa vocecita de la que hablábamos antes la que lo sabía. Esa vocecita, tan nombrada y tan silenciada, que se llama intuición y que representa –ni más ni menos- el lenguaje de nuestro espíritu para guiarnos en la vida y ayudarnos a tomar siempre las mejores decisiones. Sin embargo, curiosamente (o no) de los tres lenguajes de nuestro cuerpo, la intuición es el que menos hemos desarrollado, a pesar de que muchas veces intenta manifestarse con todas sus fuerzas.

Dicho de otra forma, cuanto más en contacto estemos con nosotros mismos, con nuestro Ser, más podremos sentirla y escucharla y más podremos confiar en ella y dejarnos llevar por eso que nos hace únicos. Al final, como dijo Ralph Emerson “Ser uno mismo en un mundo que constantemente trata de que no lo seas, es el mayor de los logros”.

Eso, entre otras cosas, es lo que buscamos en una lectura: conectarnos con nuestra esencia, recibiendo la energía y la información que desciende y que nos ayuda a comprender amorosamente nuestra experiencia en este plano, que nos ayuda a perdonar e incluso a resolver karmas generados en esta vida o en otras. La sanación se expande a nuestros seres queridos y personas involucradas.

La lectura de Registros Akáshicos nos conecta con lo más elevado de nosotros mismos y nos guía para que -en todos los casos- alcancemos el perdón y el amor incondicional.

Todos y cada uno de nosotros tiene los Registros únicos y completos de su alma. Por ello, la apertura y lectura de esos Registros nos permite acceder a la memoria pura y profunda de nuestra alma, para reconocer la misión elegida y hacerla realidad con los dones y talentos que hemos recibido para ello. Se trata de recordar quiénes somos, quiénes hemos sido, para qué estamos aquí y hacia dónde vamos. Se trata de crecer y vivir intensamente, alineados con nuestro Ser y en coherencia con nuestro propósito de vida.

Carmen Sherpa, lectora profesional de Registros Akáshicos por ARCI (Akashic Record Consultants International) puede abrir tus Registros con tu consentimiento expreso y ayudarte a reconectar con tu verdadero Ser, sanar y descubrir (o redescubrir) tu propósito de vida.

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¿Para qué te despiertas cada mañana?

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Despierta.

Quien mira hacia afuera sueña; quien mira hacia dentro despierta. Carl Jung.

Artículo basado en la conferencia de Curro Duarte: “¿Para qué te despiertas cada mañana?” Madrid, 2017.

El título de la conferencia ya es inquietante, cierto. Invita a reflexionar, aunque hasta aquí escriba sobre el tema. No obstante, cada palabra de nuestro especialista colabora con esa reflexión y me encargaré de extraer algunas de las observaciones más relevantes de su ponencia.

Y empezamos citando la pregunta: ¿es lo mismo levantarnos que despertarnos? Claro que no. El primero podríamos reducirlo a un mero acto físico; despertarnos pareciera ser bastante más que eso. Vayamos por partes.

En nuestra vida todos tenemos ocupaciones y preocupaciones. La pregunta es: ¿cómo nos posicionamos; cuál es nuestro rol frente a ellas?

Veamos. Cada uno de nosotros contempla un círculo de preocupación y uno de influencia. 

  • Círculo de preocupación: el trabajo, la salud, las hipotecas, el clima del fin de semana, el medio ambiente, una final de fútbol, etc. Es decir, todas cosas que -entendemos- no dependen de nosotros.
  • Círculo de influencia: la ropa que nos ponemos, el lugar donde trabajamos, el desayuno que tomamos, el destino del próximo viaje, etc. Es decir, las cosas que sí dependen de nosotros.

El hecho es que preocuparse no sirve para nada. Por ello, como nos sugiere Curro, lo más lógico es ampliar nuestro círculo de influencia para ocuparnos, que es lo que realmente cambia el enfoque y el resultado. Si repasamos los ejemplos anteriores expuestos en el círculo de preocupación, podríamos rápidamente identificar de cuáles sí podemos ocuparnos. Efectivamente, sí depende de nosotros cuidar nuestra salud, nuestro trabajo y también podemos hacer algo -desde nuestro lugar- para cuidar el medio ambiente. Está claro que nada podemos hacer respecto al clima o respecto al resultado de un encuentro deportivo.

Ahora bien, esta ampliación del círculo de influencia no es en vano. Cuando dejamos de poner todo fuera y nos hacemos cargo, cambiamos el rol “víctima” por el rol “responsable”. Una de las herramientas que nos ayuda a reconocer en qué rol estamos es el lenguaje. El lenguaje genera Ser. El lenguaje empieza en el pensamiento y su manifestación primera es la palabra. ¿Y cómo empieza nuestro día? Pues hablándonos a nosotros mismos.

Observamos la realidad, la interpretamos, nos emocionamos y actuamos.

La interpretación es lenguaje y, como decíamos, cada uno interpreta hablando consigo mismo. Imaginemos arrancar el día pensando en la reunión que nos espera con nuestro jefe y con la responsable del área; al primero no le gusta nada que le vayamos con problemas y la segunda siempre llega tarde y provoca atrasos y repeticiones cada vez que participa en una reunión. Centrarnos en lo negativo resulta una forma extraña (muy) de levantarnos dispuestos a tener un “buen día”.

Lo curioso es que cada uno elige en qué centrarse. Entonces, libremente, podemos elegir centrarnos en lo positivo que tiene el jefe y la responsable de área. Por ejemplo, al primero no le gustan los problemas, pero si le presentamos una solución es un tipo muy receptivo y abierto. La responsable siempre llega tarde, aunque siempre tiene ideas originales que aportar. En cierta forma, si elegimos centrarnos en lo bueno, nosotros también afrontaremos la reunión más abiertos a hacer aportaciones, a aprender y/o a desarrollar perspectivas más enriquecedoras.

Y ciertamente, lo que cada uno elige define su motivación. Es decir, si vamos mentalizados de que todo será infértil e improductivo, nuestra motivación estará desactivada, desconectada. Ahora bien, si esperamos algo bueno -en cualquier ámbito y actividad- estaremos motivados; mucho más si eso bueno lo esperamos de nosotros mismos. Pensemos acaso, cómo nos sentimos cuando vamos a practicar nuestro deporte favorito o cuando estamos preparando un viaje de vacaciones.

Ahora bien, ¿de qué depende que esperemos cosas buenas de nosotros mismos?

Tal y como afirma Curro, depende -sobre todo- de nuestro autoconcepto: creencias positivas (aquello en lo que creemos que somos buenos) y creencias limitantes (aquello que nos frena nuestro desarrollo personal o profesional). No obstante, la mayoría de las creencias limitantes son falsas. Sucede que nos las han inculcado a lo largo de la vida (padres, educadores, etc.) y aunque no somos conscientes de ellas, las llevamos como una especie de mochila por la vida. Así es que tenemos que cuestionarlas y enfrentarlas para incrementar nuestra motivación.

Pero además, para alcanzar esa motivación debemos conocernos un poco más. Lo que decíamos al comienzo “mirar hacia dentro y despertar” y descubrir qué es realmente lo que nos motiva.

A propósito de ello, el psicólogo David McClelland sostuvo que todos los individuos tenemos cuatro grandes motivadores:
  • Logro: gente competitiva, que le gusta conseguir cosas, los retos, etc. Por ejemplo, los deportistas de elite.
  • Afiliación: les gusta relacionarse, les gustan las personas.
  • Influencia social: influyen en otros para desarrollarlos. Les gusta ayudar a los demás.
  • Influencia personalizada: son los que influyen a otros para su propio beneficio.

Lo cierto es que todos tenemos un poco de cada uno, pero la mayoría tenemos mucho más de las dos primeras y poco de influencia. En otras palabras, nos centramos mucho en los resultados y en el cómo llegamos a ellos, pero pocas veces nos preguntamos por nuestros “para qué”.

Ahora sí, volvamos a la pregunta inicial: ¿para qué nos despertamos cada mañana?

Por ejemplo, nuestro especialista, junto al equipo de profesionales que conforman Despierta by CDR, despiertan cada día con el propósito de ayudar a las personas y a los equipos a que sean felices y se diviertan su trabajo. Efectivamente, también lo afirma Simon Sinek, creador del círculo de oro: “la gente no compra lo que haces, compra para qué lo haces”. Por ello, acompañan a las empresas a descubrir y alcanzar su propósito.

¿Y cuáles son los cómos de Despierta by CDR? diagnosticar el punto de partida a través de sus “despertadores” e implementar Programas de Desarrollo dinámicos, provocadores y con sentido del humor.

¿Y los qué? forjar líderes resonantes y equipos motivados, cohesionados, eficaces y emocionalmente competentes, que contribuyan a generar un clima laboral positivo, identifiquen las motivaciones de sus clientes, satisfagan sus necesidades y alcancen resultados extraordinarios.

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Cuestiona y transforma aquellas creencias que te impiden avanzar.

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Creencias Limitantes
y Potenciadoras.

El secreto del éxito es la constancia en el propósito. Benjamin Disraeli.

Me permito agregar que, cuando el propósito está enfocado en algo externo y está concentrado -sobre todo- en recibir el reconocimiento de los demás, es algo efímero. Es decir, cuando por fin lo consigamos, aparecerá un nuevo propósito. Es una especie de premio al hacer. Por ello, hacer y lograr, sin conexión con el propósito interior, es temporal y momentáneo, porque nunca acaba de satisfacernos definitivamente.

Ahora bien, cuando el propósito es interior, es decir, cuando el hacer está infundido por la calidad atemporal del Ser, podemos considerarnos exitosos. Es decir, si el ser fluye en el hacer, estamos presentes, concentrados en lo que está pasando aquí y ahora, liberados del ego y de los pensamientos condicionados.

Sabemos que es complicado no confundirse. Estamos desbordados de biografías y avisos publicitarios que nos hablan del éxito como una cuestión exterior: “Tendrás éxito si tienes tal coche, si consigues ese ascenso, si te compras una casa en la playa o si alcanzas una estética determinada”. Es cierto que todo eso podría mejorar nuestro bienestar, pero ¿de verdad creemos que es suficiente y va a convertirnos en personas exitosas y plenas? ¡Claro que no! porque el propósito exterior, a diferencia del interior, siempre cambia y quiere más.

Encontrar nuestro propósito interior y vivir de acuerdo a él es la base para cumplir con nuestro propósito exterior -y no al revés-.

Efectivamente, cada uno de nosotros tenemos nuestro propio mapa mental acerca de cómo debemos vivir la vida, producto de nuestros pensamientos, percepción y patrones de creencias que hemos asumido como propias y que, sin darnos cuenta, proceden, en gran parte, de nuestros padres, educadores y personas cercanas.

También estamos influenciados por ataduras con el pasado que nos pueden ocasionar miedos, ansiedad, culpabilidad, desconfianza, pesimismo, exigencias, etc., procedentes de personas que ya no están y nos siguen influyendo a lo largo de nuestra vida. Ahora bien, si no son nuestras, si son inconscientes y si pueden estar bloqueándonos o paralizándonos, ¿por qué no cuestionarlas?

Todas esas creencias inconscientes rigen nuestras decisiones, emociones, actitudes, comportamientos y también, por supuesto, la proyección de nuestro ser exitoso. ¿Te imaginas haber crecido con la creencia de que sólo tienen dinero las personas deshonestas o que sólo son felices las personas que tienen dinero? ¿No te inquieta ser de las personas que creen que sin una pareja serás infeliz hagas lo que hagas, o que sin una carrera ya puedes considerarte un fracasado/a?.

No podemos cambiar lo que ha pasado hasta hoy, pero sí comprenderlo y darle otro significado para sanarlo y liberarnos.

Si tomamos conciencia de nuestras creencias y aprendemos a positivizar (de manera realista), sobre todo, las creencias limitantes, estaremos abriéndonos a nuevas oportunidades y permitiéndonos tomar la responsabilidad sobre nuestra vida. Dicho de otra forma, estaremos ejerciendo nuestra capacidad o habilidad para responder de manera consciente ante lo que nos sucede.

Así nos lo afirma Carmen Sherpa, nuestra coach especialista, que, teniendo como premisa todo lo que hemos venido abordando, ha diseñado un proceso de acompañamiento en creencias limitantes y potenciadoras. Su objetivo principal es llevarnos paso a paso, a través de una serie de ejercicios de toma de conciencia, a confiar en nosotros mismos, trazar nuestro propio camino y tomar nuestras propias decisiones.

¿Qué pasos plantea para ello?
Veamos algunos puntos importantes:
  • Tomar conciencia (lo repetimos porque es un concepto fundamental y prioritario). De hecho, sin este proceso de observación consciente no hay posibilidad de cambio real y duradero.
  • Asumir la responsabilidad sobre los propios pensamientos, sentimientos y actos, para ser el protagonista de una vida plena.
  • Aceptar y perdonar. Pasos necesarios para aprender y liberarnos del pasado.
  • Conectar con nuestro propósito. Con el interior y el exterior, entendiendo que, “como es dentro, es fuera”; lo que resuena con nuestro Ser forma parte del auténtico propósito de vida.
  • Vivir en el presente. Dado que el momento presente es lo único que tenemos. Poner la atención en el aquí y ahora es enfocarse en la vida.
  • Sintonizar con nuestro interior. Porque sólo así puede ocurrir una sanación duradera y auténtica. La solución no está fuera de nosotros. La búsqueda de la sanación está en el interior de cada uno de nosotros.

Nuestro modelo o mapa mental nos ha servido en nuestra vida para llegar hasta donde estamos; aunque para avanzar, para cambiar de rumbo o para redirigir aspectos puntuales, es imprescindible contar con nuevos recursos mentales, nuevas actitudes y nuevos comportamientos.

Carmen, en tal sentido, nos dice: “La posibilidad de cambiar es parte de nuestro poder; tenemos que aligerar la mochila que cargamos de cosas que, aunque hemos hecho nuestras, no lo son y no nos pertenecen”.

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Facilitación Ecosistémica: hacia niveles más integrales y sostenibles.

“Para poder ser sostenibles tenemos que darle al planeta más de lo que utilizamos de él”. Marian Ríos, facilitadora y co-autora del Modelo Koru. 

No obstante, más allá de la necesidad de desarrollar esta conciencia que emerge de las palabras de nuestra especialista, y aunque existe una percepción generalizada de que las cosas no marchan del todo bien en el mundo, pocos hacen mucho por evitar y recuperar el daño a la tierra; muchos otros, en contraposición, no hacen nada (o casi nada). Me refiero a la cantidad de cuestiones que se expanden en el mundo sin control. Hablo de la explotación irracional de los recursos naturales, de la extinción de especies, del deterioro del medio ambiente, del calentamiento global, de la desigualdad, de la pobreza, de la corrupción, de la crisis en la salud, en la alimentación y en un sinfín de etcéteras.

Pero claro, esas son cuestiones “macro” que necesitan de acuerdos y decisiones estratégicas, políticas y económicas mundiales. Sin embargo, las grandes crisis se producen también en pequeñas escalas, a nivel “micro”, en lo cotidiano y en los distintos ámbitos y tampoco existe esa conciencia para decidirnos a resolver las cuestiones. Y en esta línea pregunto…

¿Cómo podemos exigir conciencia ecosistémica a los líderes mundiales si no la tenemos en lo individual, en lo grupal, en lo social y en lo cotidiano?

Necesitamos trabajar en la transformación hacia estados más integrales, trascendentes y sostenibles, que despierten y expandan una conciencia ecosistémica. De nada sirve que nos impongan un cuidado de la naturaleza y del planeta si pensamos que desde nuestro pequeño lugar “da igual” lo que hagamos. Somos parte de un todo más grande que necesitamos cuidar, recuperar y sanar.

A eso se refiere el término ecosistémico. De hecho, eco” proviene de la Ecopsicología; término que Joanna Macy, una de sus creadoras, define como: “La ecopsicología invita a la practica psicoterapéutica a expandir su enfoque mas allá del entorno interno, a explorar y fomenta r un desarrollo comunitario, a entrar en contacto con la tierra y la región y con la identidad ecológica. Nos invita a escuchar a la Tierra hablarnos a través de nuestro dolor y angustia y a oírnos como si estuviéramos escuchando un mensaje del universo”. Lo “sistémico”, ciertamente, supone entendernos como parte de la red de la vida en la que no tenemos jerarquía sobre nada y nada la tiene sobre nosotros.

Por todo ello, es importante desarrollar esta mirada ecosistémica en cualquier proceso de facilitación, independientemente de si estamos trabajando en un proyecto financiero en una empresa para ganar más dinero, o en un proceso escolar para mejorar la convivencia en el aula. Ahora bien…

¿A qué llamamos concretamente “facilitación”? ¿Qué significa ser un facilitador?

Un proceso de facilitación permite gestionar y transformar paradigmas, pensamientos, sentimientos, actitudes, discursos y prácticas en pro de desplegar el conjunto de capacidades y potencialidades en los seres humanos, tanto a nivel individual como a nivel colectivo, para promover acciones orientadas a mejorar la calidad de vida de las personas, integrándose con la naturaleza. El facilitador es quien, a partir de su trabajo de autoconocimiento, se convierte en la herramienta por excelencia que puede facilitar los procesos de cambio y transformación en individuos, grupos y colectivos.

Dicho de otra forma, el ejercicio de facilitar experiencias de transformación es el elemento común de ayudar a individuos y grupos a reconectarse consigo mismos, con los otros y con el universo; transformándose -como decíamos párrafos antes-, hacia niveles más integrales, trascendentes y sostenibles. Gandhi decía: “Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”. Y en tal sentido, me surge una inquietud, ¿somos capaces de imaginar la riqueza que supondría desarrollar esta conciencia ecosistémica desde pequeños?

El principal objetivo es que los participantes experimenten -en primera persona- las distintas vivencias y experiencias de transformación, para luego diseñar y facilitar las suyas propias y aplicarlas en el entorno que así lo requiera.

Todas esas vivencias están sostenidas en el Modelo de la espiral de la transformación Koru apuntan, como hemos visto en un artículo anterior, a que las personas se involucren y que sean parte de las experiencias transformadoras desde todos sus dominios individuales: unidad, sentidos, mente, cuerpo, emoción; y colectivos: social y ecológico.

Dicho esto, queda claro que no estamos frente un modelo rígido, estático e estructurado. De hecho, nada más lejos. Aprender a facilitar supone la gran libertad para crear experiencias transformadoras que respondan a las necesidades puntuales del profesional.

Es decir, tanto un coach, como un psicoterapeuta, un educador o un líder de gestión empresarial, aprenden a diseñar sus talleres, sus intervenciones o sus terapias, incorporando libre, creativa e integralmente, las pautas necesarias para llevar a las personas por un camino de verdadera transformación.

#Reinvéntate

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