La influencia y la motivación como factores clave.
Porque esta situación también pasará. Y cuando esto ocurra, prepararnos e intentar reacomodarnos para afrontar una realidad incierta que seguramente tendrá poco de lo anterior, es fundamental, necesario, casi obligatorio. Lo decíamos en el título de este artículo y lo reafirmamos incluso después de poquísimas palabras: más que nunca la influencia positiva y la motivación serán variables clave para las personas, los equipos y las organizaciones. En tal sentido, también será clave saber cómo generarlas, sobre todo para que los líderes con mayor oportunidad de influencia puedan cumplir con la misión de hacer de los entornos de trabajo un lugar de crecimiento, aprendizaje, satisfacción y productividad.
Esa preparación -que definíamos como casi obligatoria en el párrafo anterior- es la premisa de este Curso Universitario de Neuroliderazgo aplicado a las Organizaciones. Su objetivo es acercar a la empresa y al profesional aquellos conocimientos y habilidades del liderazgo recientes, provenientes de los estudios de investigación relacionados con el conocimiento del cerebro. Cuestiones que si bien ya suponían una ventaja competitiva en el mundo que conocíamos hasta hace poco, lo seguirán siendo -probablemente más que nunca- en el entorno que vendrá.
De esta forma, sin entrar en la explicación neurobiológica, veamos un ejemplo de cómo influyen en nuestra conducta dos términos químicos que nos resultan muy familiares: dopamina y oxitocina, sabiendo que lo que más nos importa conocer de ellos es que cuando se activan generan un impacto positivo en el cerebro de las personas. La dopamina, por ejemplo, genera un estado de recompensa desde el cual el cerebro se prepara para esforzarse, para aprender y para lidiar con los conflictos. La oxitocina, por su parte, surge como respuesta de satisfacción a través de la interacción social positiva, y tiene efectos en el bienestar, la reducción del estrés y la ansiedad.
¿Cómo se promueve ese marco de buena convivencia?
En primer lugar, se trata de aprender a crear entornos de confianza, de respeto, de colaboración y de soporte mutuo. Cuando esto es percibido por las personas aumentan sus niveles de oxitocina y de dopamina que, como mencionábamos, tienen un papel fundamental en la activación de sus capacidades intelectuales, de su motivación y bienestar.
Todo aquello, en el momento que empieza a suceder, ocurre lo que Unai Vicente define como la “democratización del liderazgo” en los equipos de trabajo. Esto significa permitir que todas las personas decidan liderar como miembros activos y significantes, para que -desde el respeto y la afectividad- puedan y quieran mover energías estancadas; es decir, que puedan y quieran intervenir con su aportación de valor, por ejemplo, para mediar sobre un conflicto, para construir una perspectiva nueva sobre un proyecto y un largo etcétera.
Por supuesto, el curso aborda con riguroso detalle estas y otras cuestiones. El objetivo se centra en entender que hay una serie de cosas que cada uno puede hacer en un equipo para influenciar sobre las condiciones que favorecen un estado mental individual y colectivo más propicio al rendimiento, la satisfacción y la motivación.
¿A quién está dirigida la formación?
Por todo lo dicho, el curso apunta a profesionales que tienen un buen conocimiento de la empresa y de sus procesos, que lideran, tienen responsabilidad e influencian personas, equipos de trabajo o tienen impacto en diferentes estructuras de la organización. Entre ellas: personas que se estén preparando para liderar equipos y/o grupos; consultores organizacionales; directivos; mandos intermedios, y/o expertos en el liderazgo de equipos de alto rendimiento.
Algunas de las competencias a adquirir:
- Actualizar el conocimiento del cerebro en cuanto a sus procesos cognitivos básicos y su resultante conductual en la organización y en todas las interacciones de la vida.
- Comprender las acciones conductuales concretas que llevan a las personas a una situación de recompensa o de amenaza.
- Aprender a promover entornos de confianza, motivación y facilitación a través de acciones concretas.
- Incorporar herramientas específicas de impacto, para ampliar la competitividad, la productividad y el bienestar en las empresas.
Sobre la metodología y sobre algunos de los valores diferenciales.
Este curso, como formación integral en habilidades específicas de liderazgo, es reconocido con el Diploma propio de la Universidad de Barcelona (UB), Facultad de Psicología. Con diferentes cronogramas, este curso intensivo contempla 20 horas repartidas en 5 días y se dicta de forma online en España. Además, al finalizar, cada diplomado tendrá la oportunidad de conocer y ampliar la comunidad de aprendizaje o la red de networking con personas que, en cada país, se dedican a gestionar y liderar equipos.
La Metodología tiene como objetivo la continua implementación de los conocimientos teóricos mediante ejemplos y casos prácticos, juegos simbólicos y técnicas de intervención grupales que facilitan el aprendizaje y la internalización de lo aprendido.
Por último, y como uno de los pilares de este programa formativo, se propone utilizar al máximo todos los recursos disponibles en el campus virtual de la Universidad de Barcelona, con el objetivo de crear una comunidad virtual de aprendizaje que trascienda los contenidos propios del curso.