Satisfacción personal. Tú puedes hacer que suceda y que valga la pena.

Imagina que en tu vida dispusieras de dos botones: uno para borrar y comenzar de nuevo, cada vez que te equivocas, y otro para hacer que todo lo que quieres simplemente ocurra cuándo, dónde y cómo te plazca (satisfacción personal).

Puede que ahora mismo estés sonriendo, imaginando lo que harías pero, en realidad, estos botones sólo existen en esta historia.

Es posible que, primero, te hayas imaginado todos tus deseos realizados.

Puede que algunos sean absurdos y tengan más relación con algún cómic que con la vida misma, de modo que amablemente te los dejamos para tu análisis; pero puede que muchos otros, situaciones o proyectos personales, tengan que ver con lo que realmente quieres (y no te animas a hacer), con el lugar donde te gustaría estar (al que te da miedo no saber cómo llegar), con todo lo que anhelas y quieres lograr (pero que temes por las pérdidas en el camino que puede ocasionar).

Tal vez ya lo hayas intentado antes y estés cansado de tropezarte una y otra vez…

O ya no te cause tanta gracia atesorar cicatrices respaldadas por historias o decisiones poco felices. Es probable que hayas tenido uno y mil motivos para quejarte, para sentirte abatido frente a las circunstancias; aún así, siempre te has levantado y aquí estás, seguramente con tantos aciertos como equivocaciones a lo largo de toda tu historia…

Aunque, muchas veces, piensas en todo aquello en lo que has dejado de insistir:

  • Has abandonado un proyecto porque siempre te quedas en la misma parte de la historia.
  • Has dejado de aspirar a más en tu trabajo porque todo el mundo te dice que has alcanzado tu techo.
  • Has comenzado a planificar según la más absoluta austeridad porque el mundo se ha vuelto un poco loco y te sientes obligado a esperar que las cosas pasen sin que tú intervengas.

Puedes haber tropezado, puede que hayas experimentado un miedo irracional imaginando los efectos colaterales (terribles) de tus decisiones, puede que hayas dejado que la voz de otros sea más fuerte que la tuya, puede que te hayas convencido de que la no-accción es la mejor opción; pero nada, absolutamente nada, justifica que te rindas. ¿Sabes por qué? Porque rendirse o resignarse no forma parte del ADN de nadie. Todos tenemos herramientas para salir adelante, mejorar, superarnos, inspirarnos y realizarnos como personas.

Movernos, equivocarnos y crecer, son sinónimos de estar vivos.

No existe la magia (ni el botón), ni instrucciones universales a las que podamos ceñirnos para ver cómo provocamos, cómo reparamos o cómo solucionamos una u otra cosa. Lo que sí existe es el camino del descubrimiento personal, la búsqueda de nuestro “yo auténtico”: único en experiencias, aprendizajes y creencias incorporadas a lo largo de la vida.

#Reinvéntate

TU PASIÓN, TU ÉXITO

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