Coaching Primordial y Danza Primal: un abordaje Integral del Ser humano.

Daniel Taroppio, con sus más de treinta años de experiencia en comunicación humana como coach, psicoterapeuta y consultor, señala: “En un nivel mucho más profundo que la palabra, nuestra corporalidad-energía-emocionalidad también crea mundos, determina nuestra identidad y establece los límites estrechos o generosos dentro de los cuales se desarrolla nuestro movimiento por la vida personal y profesional”.

En otras palabras, podríamos decir que todo el tiempo estamos comunicando mucho más de lo que somos conscientes, y esta comunicación energética y corporal es determinante en nuestros vínculos y entornos. Las personas proyectamos nuestro mundo interno en nuestro medio ambiente social y esto nos viene de vuelta a través de un feedback permanente. Por todo ello, tomar consciencia de nuestros movimientos primordiales: gestos, posturas, miradas, respiración y energías que proyectamos y recibimos de otros, nos permite enriquecerlos conscientemente, liberando todas las capacidades sensitivas y expresivas de nuestro organismo.

Para conseguir ese nivel de profundización, el Coaching Primordial, incluye metodologías de trabajo lingüístico-cognitivo, corporal-energético y meditativo, que han sido denominadas: Comunicación Primordial, Danza Primal y Meditación Orgánica. La aplicación integrada de estas metodologías nos permite habitar con conciencia nuestro cuerpo vivo, sensible, conectado con el aquí y ahora y con los demás. Ahora bien, aunque haremos una breve descripción de cada dimensión de trabajo, la premisa fundamental de esta metodología es la integralidad y no la complementariedad.

  • Dimensión lingüística-cognitiva: Comunicación Primordial.

Permite revisar la forma en que construimos nuestras percepciones, interpretaciones, juicios y creencias, a fin de trascender nuestros criterios disfuncionales y restrictivos, fortaleciendo los que liberan nuestra creatividad, productividad y capacidad de encuentro y realización.

  • Dimensión corporal-energética: Danza Primal.

Es un sistema de trabajo que brinda la posibilidad de acceder a las estructuras que determinan nuestra percepción emocional de la realidad, nuestro ser en el mundo. De este modo, podemos trascender nuestros patrones emocionales limitantes y liberar nuestras potencialidades psicogenéticas y trascendentes, redescubriendo nuestra naturaleza original.

  • Dimensión meditativa: Meditación Orgánica.

Es una disciplina de trabajo respiratorio, relajación y aquietamiento mental. Permite trabajar con nuestro estado vibracional y la conexión con la totalidad de la vida. No incluye ningún contenido de tipo religioso. Es un método para alcanzar descanso, la paz interior y conexión con la vida.

Este abordaje integral del Coaching Primordial constituye un proceso de profunda transformación que nos permite revisar nuestra particular forma de percibir y construir la realidad y a nosotros mismos.

Y una técnica le da sentido completo a la otra. Efectivamente, sólo cuando la Danza Primal está integrada en la propia corporalidad, podemos comenzar a percibir de qué manera el lenguaje funciona como un medio para la expresión del ser y la creación de entornos enriquecedores o, por el contrario, si está operando como una manera de ocultamiento, de defensa y llevando a una existencia poco auténtica e insatisfactoria.

Curiosamente, cuanto mayores sean las capacidades lingüísticas de una persona disociada de su cuerpo, mayor puede ser su capacidad para manipular y ocultar su propia emocionalidad, lo que termina llevando a una existencia frustrante, puesto que no hay manera, a través del mero lenguaje verbal, de recuperar la vitalidad, la energía vibrante que caracteriza a las personas integradas a su propio cuerpo.

Al integrar el lenguaje verbal con la comunicación corporal, vamos permitiendo que nuestra palabra encarne lo más profundo de nuestro sentir y nuestro lenguaje se vuelve auténtico, real. De hecho, cuanto más integradas estén, más consistente será nuestra forma de comunicarnos y más auténtica, más veraz y más poderosa será nuestra llegada a los otros.

Esta estabilidad emocional que brinda el trabajo corporal-energético integrado al lenguaje, nos permite desplegar plenamente nuestra capacidad de escucha, de apertura y de contacto con los otros. Cuando el cuerpo y la palabra están armónicamente integrados somos más congruentes, más coherentes y se afianzan la autoestima y la confianza en nosotros mismos para conseguir aquello que nos propongamos.

Para conseguir esa armonía y para que las sesiones de coaching se conviertan en un espacio de profundo autoconocimiento habrá que contar con el acompañamiento de un coach bien entrenado, con la sensibilidad necesaria para percibir los bloqueos energéticos ocultos tras el lenguaje puramente verbal.

La sensibilidad afinada, requisito fundamental en la formación de un coach primordial, sólo puede desarrollarse mediante la aplicación de estos métodos en primer lugar y en primera persona.

Efectivamente, esta metodología integral aporta el entrenamiento y las herramientas necesarias para que el coach conozca su propia corporalidad y emocionalidad y para desde allí, sea capaz de percibir si los movimientos de las personas conllevan un flujo natural de sus energías, y por lo tanto de sus emociones latentes, o si por el contrario éstas están bloqueadas.

Para significar esta necesidad de trabajo en uno mismo, nada mejor que utilizar las palabras de Andrea Franco, una egresada de Escuela de Psicología Transpersonal-Integral (EPTI):

“El coach primordial ha caminado un sendero de auto descubrimiento a través del cuerpo, ha danzado sus heridas, se ha sumergido en ellas y desde ahí mira los desafíos de su coachee; pero también desde ahí observa la parte luminosa, la que se esconde tras el lenguaje, los bloqueos corporales y las historias, la que lucha por surgir a través de las sombras, la esencia, su ser primal”.

Modelo de Interacciones Primordiales: recuperar nuestra Identidad Universal.

“No hay dicha más grande en la vida que este reencuentro con nuestra naturaleza, libres de lo mecánico y artificial de nuestra personalidad. Cuando esto ocurre, nuestros vínculos florecen en autenticidad y profunda entrega”. Así lo afirma Daniel Taroppio, creador del Modelo de Interacciones Primordiales y de la Danza Primal®.

Este Modelo de Interacciones Primordiales, cuyos métodos de aplicación son el coaching primordial y la psicoterapia primordial, es un modelo de desarrollo humano que concibe la crisis de nuestra civilización como resultado de la pérdida de las raíces universales y que procura devolver al ser humano su sentido de pertenencia al universo.

Para abarcar todos los ámbitos de la experiencia humana combina tres tipos de prácticas: la Danza Primal®: para la dimensión corporal-emocional-energética; la Comunicación Primordial: para la dimensión lingüístico-cognitiva y la Meditación Orgánica como práctica contemplativa.

Necesitamos recuperar la identidad universal, nuestros orígenes, nuestra naturaleza, nuestra identidad cósmica: es decir el vínculo primordial*.

Ahora bien, ¿qué es el vínculo primordial? ¿Cuándo se rompe? ¿Por qué es importante recuperarlo? El Vínculo Primordial es la conexión con la totalidad del universo, es el sentirnos que como seres humanos somos una configuración más del flujo primal que es y contiene el universo.

Y a su vez existe lo que se llama una herida básica que es producida por la ruptura de nuestra conexión con la totalidad, la que se encarna físicamente en el nacimiento y la pérdida del vínculo materno original, que es en realidad una metáfora de una pérdida mucho mayor y más profunda. Esta pérdida no resuelta genera el desarrollo de dos estados básicos de la mente: el estado de pérdida y el estado compensatorio.

El estado de pérdida consiste en la profunda experiencia de vacío, temor, soledad, incertidumbre y sinsentido que aparece cuando el contacto vital con el universo se pierde. Este estado de alienación, de desarraigo, es tan profundo y doloroso que la mayor parte de nuestras vidas consiste en un esfuerzo sistemático para evitarlo a toda costa. Es el núcleo central de todas las formas de patología. Cuando se manifiesta atravesando las defensas que hemos construido para ocultarlo (lo que suele ocurrir en períodos de crisis o grandes pérdidas) la vida se torna extremadamente penosa, oscura y carente de todo significado.

El estado compensatorio (reactivo o defensivo), está conformado por todas las estructuras de la personalidad que procuran evitar el contacto con la pérdida esencial. El estado reactivo es la obra del ego disfuncional y se caracteriza por un comportamiento rígido, defensivo, limitante y profundamente empobrecedor; algo que podría definirse como “dime de que presumes y te diré de lo que careces”. Es el intento permanente y agotador de ocultar los sentimientos básicos de desolación mediante compensaciones que procuran hacernos aparecer (ante nosotros y ante los demás) como lo opuesto de lo que en realidad tememos ser.

En la mayoría de los casos nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos desde estos estados, es decir desde la carencia, esperando que el otro nos complete, siendo dependientes y demandantes; o desde la compensación, ocultando ante el otro nuestra necesidad apremiante y mostrándonos desinteresados y distantes. Obviamente, en cualquiera de los casos, el amor no puede florecer.

El Modelo de Interacciones Primordiales procura reintegrarnos como seres humanos con el flujo primordial del cosmos, lo que implica recuperar el libre fluir de la energía única y universal dentro de nosotros y en nuestros vínculos.

Este proceso de regreso a nuestra naturaleza original, a la espontaneidad y la frescura, implica la dificultosa tarea de observar y sanar todas las manifestaciones de nuestro estado reactivo (manipulaciones), para llegar a la mucho más difícil tarea de contemplar, abrazar y sanar nuestro estado de pérdida. Sólo así podemos sanar nuestra herida básica y renacer en el indescriptible gozo de nuestra identidad original.

El Flujo Primordial recorre nuestro sistema psicofísico, estimulándonos bajo el aspecto de impulsos, emociones y sentimientos que pulsan por expresarse en las capacidades básicas de la persona plenamente viva.

Daniel Taroppio nos señala además: “el trabajo vivencial de la psicología transpersonal nos lleva a estados de consciencia en los que realmente somos uno con la totalidad de la vida. Una persona que accede a estos estados no necesita cursos de ética y/o moral. Una persona así, sana su división esencial, encarna el bien y lo expresa espontáneamente en su vida”.

En tal sentido, los diferentes programas de formación internacional que propone la Escuela de Psicología Transpersonal-Integral (EPTI) brindan una sólida y completa instrucción académica que comprende una profunda experiencia teórica, vivencial y práctica para formar agentes de crecimiento y cambio personal, institucional y social en los diferentes ámbitos del ser humano.

(*) Taroppio, Daniel. 2007. “El Vinculo Primordial. Un camino hacia el corazón de la Evolución Cósmica, el Desarrollo Personal y las Relaciones Humanas”. Ediciones Continente.

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