Facilitación Ecosistémica: hacia niveles más integrales y sostenibles.

“Para poder ser sostenibles tenemos que darle al planeta más de lo que utilizamos de él”. Marian Ríos, facilitadora y co-autora del Modelo Koru. 

No obstante, más allá de la necesidad de desarrollar esta conciencia que emerge de las palabras de nuestra especialista, y aunque existe una percepción generalizada de que las cosas no marchan del todo bien en el mundo, pocos hacen mucho por evitar y recuperar el daño a la tierra; muchos otros, en contraposición, no hacen nada (o casi nada). Me refiero a la cantidad de cuestiones que se expanden en el mundo sin control. Hablo de la explotación irracional de los recursos naturales, de la extinción de especies, del deterioro del medio ambiente, del calentamiento global, de la desigualdad, de la pobreza, de la corrupción, de la crisis en la salud, en la alimentación y en un sinfín de etcéteras.

Pero claro, esas son cuestiones “macro” que necesitan de acuerdos y decisiones estratégicas, políticas y económicas mundiales. Sin embargo, las grandes crisis se producen también en pequeñas escalas, a nivel “micro”, en lo cotidiano y en los distintos ámbitos y tampoco existe esa conciencia para decidirnos a resolver las cuestiones. Y en esta línea pregunto…

¿Cómo podemos exigir conciencia ecosistémica a los líderes mundiales si no la tenemos en lo individual, en lo grupal, en lo social y en lo cotidiano?

Necesitamos trabajar en la transformación hacia estados más integrales, trascendentes y sostenibles, que despierten y expandan una conciencia ecosistémica. De nada sirve que nos impongan un cuidado de la naturaleza y del planeta si pensamos que desde nuestro pequeño lugar “da igual” lo que hagamos. Somos parte de un todo más grande que necesitamos cuidar, recuperar y sanar.

A eso se refiere el término ecosistémico. De hecho, eco” proviene de la Ecopsicología; término que Joanna Macy, una de sus creadoras, define como: “La ecopsicología invita a la practica psicoterapéutica a expandir su enfoque mas allá del entorno interno, a explorar y fomenta r un desarrollo comunitario, a entrar en contacto con la tierra y la región y con la identidad ecológica. Nos invita a escuchar a la Tierra hablarnos a través de nuestro dolor y angustia y a oírnos como si estuviéramos escuchando un mensaje del universo”. Lo “sistémico”, ciertamente, supone entendernos como parte de la red de la vida en la que no tenemos jerarquía sobre nada y nada la tiene sobre nosotros.

Por todo ello, es importante desarrollar esta mirada ecosistémica en cualquier proceso de facilitación, independientemente de si estamos trabajando en un proyecto financiero en una empresa para ganar más dinero, o en un proceso escolar para mejorar la convivencia en el aula. Ahora bien…

¿A qué llamamos concretamente “facilitación”? ¿Qué significa ser un facilitador?

Un proceso de facilitación permite gestionar y transformar paradigmas, pensamientos, sentimientos, actitudes, discursos y prácticas en pro de desplegar el conjunto de capacidades y potencialidades en los seres humanos, tanto a nivel individual como a nivel colectivo, para promover acciones orientadas a mejorar la calidad de vida de las personas, integrándose con la naturaleza. El facilitador es quien, a partir de su trabajo de autoconocimiento, se convierte en la herramienta por excelencia que puede facilitar los procesos de cambio y transformación en individuos, grupos y colectivos.

Dicho de otra forma, el ejercicio de facilitar experiencias de transformación es el elemento común de ayudar a individuos y grupos a reconectarse consigo mismos, con los otros y con el universo; transformándose -como decíamos párrafos antes-, hacia niveles más integrales, trascendentes y sostenibles. Gandhi decía: “Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”. Y en tal sentido, me surge una inquietud, ¿somos capaces de imaginar la riqueza que supondría desarrollar esta conciencia ecosistémica desde pequeños?

El principal objetivo es que los participantes experimenten -en primera persona- las distintas vivencias y experiencias de transformación, para luego diseñar y facilitar las suyas propias y aplicarlas en el entorno que así lo requiera.

Todas esas vivencias están sostenidas en el Modelo de la espiral de la transformación Koru apuntan, como hemos visto en un artículo anterior, a que las personas se involucren y que sean parte de las experiencias transformadoras desde todos sus dominios individuales: unidad, sentidos, mente, cuerpo, emoción; y colectivos: social y ecológico.

Dicho esto, queda claro que no estamos frente un modelo rígido, estático e estructurado. De hecho, nada más lejos. Aprender a facilitar supone la gran libertad para crear experiencias transformadoras que respondan a las necesidades puntuales del profesional.

Es decir, tanto un coach, como un psicoterapeuta, un educador o un líder de gestión empresarial, aprenden a diseñar sus talleres, sus intervenciones o sus terapias, incorporando libre, creativa e integralmente, las pautas necesarias para llevar a las personas por un camino de verdadera transformación.

Solicita más información

Cambio Gestión y Transformación S.L. como responsable del tratamiento tratará tus datos con la finalidad de remitirte nuestra Newsletter con recomendaciones de formación, descuentos exclusivos y contenidos premium. La base legítima es tu consentimiento el cual puedes revocar en cualquier momento comunicándolo a direccion@namagazine.es. Puedes acceder, rectificar y suprimir tus datos, así como ejercer otros derechos consultando la información adicional y detallada sobre protección de datos en nuestra Política de Privacidad.

#Reinvéntate

TU PASIÓN, TU ÉXITO

Suscríbete

¿Quieres recibir las últimas tendencias en materia de formación?